Resultó un fracaso el empeño del dirigente del Partido Popular, Javier Arenas, en relacionar el 11-M con ETA.
Resultó también un fracaso el empeño del periódico El Mundo en vincular a ETA con el 11-M (la orquesta Mondragón, el temporizador, la Kangoo, el ácido bórico, la mochila de Vallecas, los explosivos, etc.).
Y para que no quede arrinconada en el olvido, hoy quiero rescatar, recordar y resaltar una confidencia con la que Pedro J. Ramírez, director del periódico El Mundo se descolgó en su carta del director del 10 de junio de 2012: "Hace un par de semanas un miembro del Gobierno que durante años se había distinguido por su beligerancia en defensa de la versión oficial de la masacre me confesó, en un rasgo de nobleza, que estaba "cambiando de opinión" sobre lo ocurrido. Personas de alta calidad intelectual le habían aportado nuevos elementos de reflexión y para él empezaba a ser evidente que los "suicidas de Leganés" y quienes fueron condenados en el juicio tuvieron que tener algún tipo de asistencia o tutela de carácter mucho más profesional –servicios secretos, o algo parecido– para consumar los atentados."
Mal asunto este en el que se ha metido Pedro J. Ramírez –nada sabemos de esto después de siete meses que lo dijo–, porque para que esto tenga visos de credibilidad, él o "el miembro del Gobierno de rasgo de nobleza" tendrán que contar más, dar muchas explicaciones y precisar detalles si no quieren que esto quede en un chisme más, en otro de esos tantos bluffs "o algo parecido" con los que el periódico El Mundo nos obsequia cada cierto tiempo sobre el 11-M. Porque claro, podríamos aventurar... ¿Los servicios secretos marroquíes?... Mariano Rajoy ha visitado dos veces al monarca alauita Mohamed VI y, que yo haya leído u oído, no le ha dicho nada del 11-M. ¿Los servicios secretos franceses?... Rajoy se ha visto con Nicolas Sarkozy y François Hollande y, que yo haya leído u oído, no le ha dicho nada de esto a ninguno de los dos. ¿Un autoatentado del Gobierno español como dicen los conspiranoicos del 11-S?... eso tendrá que preguntárselo Pedro J. Ramírez a José María Aznar, que era quien gobernaba el 11-M de igual manera que George Bush era quien gobernaba cuando sucedió el 11-S. ¿Los servicios secretos iraquíes, molestos por la participación española en la guerra de Irak?... Que yo sepa, Rajoy aún no se ha visto con el Primer Ministro de Irak, Nuri al-Maliki. Tal vez cuando se vean los dos, Rajoy quiera preguntarle sobre el 11-M. Que yo haya leído u oído, en su viaje a Argelia del pasado 10 de enero tampoco Rajoy habló con el presidente Abdelaziz Bouteflika del argelino islamista Allekema Lamari, jefe del comando que ejecutó el atentado del 11-M, que se suicidó en el piso de Leganés.
En fin, ellos dos sabrán qué conversaron, aunque sería muy interesante que todo lo hablado entre ambos lo conociéramos los demás. En cualquier caso, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy o la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría algo tendrán que decir de lo que Pedro J. Ramírez dice que dijo "el miembro de su Gobierno de rasgo de nobleza".
Y para que no quede arrinconada en el olvido, hoy quiero rescatar, recordar y resaltar una confidencia con la que Pedro J. Ramírez, director del periódico El Mundo se descolgó en su carta del director del 10 de junio de 2012: "Hace un par de semanas un miembro del Gobierno que durante años se había distinguido por su beligerancia en defensa de la versión oficial de la masacre me confesó, en un rasgo de nobleza, que estaba "cambiando de opinión" sobre lo ocurrido. Personas de alta calidad intelectual le habían aportado nuevos elementos de reflexión y para él empezaba a ser evidente que los "suicidas de Leganés" y quienes fueron condenados en el juicio tuvieron que tener algún tipo de asistencia o tutela de carácter mucho más profesional –servicios secretos, o algo parecido– para consumar los atentados."
Mal asunto este en el que se ha metido Pedro J. Ramírez –nada sabemos de esto después de siete meses que lo dijo–, porque para que esto tenga visos de credibilidad, él o "el miembro del Gobierno de rasgo de nobleza" tendrán que contar más, dar muchas explicaciones y precisar detalles si no quieren que esto quede en un chisme más, en otro de esos tantos bluffs "o algo parecido" con los que el periódico El Mundo nos obsequia cada cierto tiempo sobre el 11-M. Porque claro, podríamos aventurar... ¿Los servicios secretos marroquíes?... Mariano Rajoy ha visitado dos veces al monarca alauita Mohamed VI y, que yo haya leído u oído, no le ha dicho nada del 11-M. ¿Los servicios secretos franceses?... Rajoy se ha visto con Nicolas Sarkozy y François Hollande y, que yo haya leído u oído, no le ha dicho nada de esto a ninguno de los dos. ¿Un autoatentado del Gobierno español como dicen los conspiranoicos del 11-S?... eso tendrá que preguntárselo Pedro J. Ramírez a José María Aznar, que era quien gobernaba el 11-M de igual manera que George Bush era quien gobernaba cuando sucedió el 11-S. ¿Los servicios secretos iraquíes, molestos por la participación española en la guerra de Irak?... Que yo sepa, Rajoy aún no se ha visto con el Primer Ministro de Irak, Nuri al-Maliki. Tal vez cuando se vean los dos, Rajoy quiera preguntarle sobre el 11-M. Que yo haya leído u oído, en su viaje a Argelia del pasado 10 de enero tampoco Rajoy habló con el presidente Abdelaziz Bouteflika del argelino islamista Allekema Lamari, jefe del comando que ejecutó el atentado del 11-M, que se suicidó en el piso de Leganés.
En fin, ellos dos sabrán qué conversaron, aunque sería muy interesante que todo lo hablado entre ambos lo conociéramos los demás. En cualquier caso, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy o la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría algo tendrán que decir de lo que Pedro J. Ramírez dice que dijo "el miembro de su Gobierno de rasgo de nobleza".
Pedro J. Ramírez, toda vez que han fracasado todos sus intentos de negar la autoría islamista del 11-M, quizá quiera presentar ahora su "teoría de los servicios secretos" para seguir perpetuando su literatura barata en una especie de huida hacia adelante.
Pedro J. Ramírez, que ha pretendido entrar en la Historia con sus fabulaciones sobre el 11-M, quizá se vea ahora abocado a escribir un rocambolesco folletín de espías, director de periódico y confidente.
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11-M: JAVIER ARENAS SE REPITE EN "EL MUNDO"
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