La periodista Victoria Prego ha dado el "tiro de gracia" a Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos y al resto de la conspiranoia mediática y política del 11-M. Y lo ha hecho el 30.10.2013 en el artículo "Mejor nos callamos" escrito en El Mundo –precisamente uno de los muñidores de la conspiranoia–, en medio de la controversia generada con el espionaje masivo. Victoria Prego, adjunta al director de El Mundo Pedro J. Ramírez, ha sido, paradójicamente, la encargada de enterrar la ya fallecida "teoría de la conspiración del 11-M", caracterizada por ningunear la autoría del terrorismo islamista de los atentados en los trenes de cercanías de Madrid el once de marzo de dos mil cuatro.
Transcribo a continuación el artículo completo porque las frases que subrayo y destaco en negrita se entienden mucho mejor leyéndolas en el contexto de todo el artículo.
Mejor nos callamos
Antes de encabritarse conviene saber de qué se habla y el terreno que
se tiene bajo los pies. Sobre todo para poder pedir después las
explicaciones con fundamento y para no quedar como Cagancho en Almagro.
Porque no es lo mismo saber que la Agencia Nacional de Seguridad
norteamericana invadió el espacio de comunicaciones español de manera
brutal con 60 millones de interceptaciones de llamadas en el espacio de
un mes, que saber que eso, y mucho más sin duda, se hizo con el acuerdo y
la ayuda de los servicios de inteligencia españoles. Es más, como dijo
ayer el general Keith Alexander, la información le llegó «a través de
otros socios europeos». Que es tanto como decir socios españoles,
alemanes, franceses. Claro.
Si eso fue así, están fuera de lugar toda postura de dignidad
ofendida y toda llamada al embajador estadounidense para protestar, y ni
siquiera para preguntarle nada. Evidentemente, el embajador está mucho
menos enterado de lo que el propio Gobierno debía estarlo, y no digamos
de lo que lo están en la sede del CNI.
De modo que si esta información es correcta llevamos unos días
haciendo el ridículo porque resulta que las explicaciones habría que
pedirlas dentro –y no fuera– de casa. Si es que hay que pedirlas, que no
está nada claro porque, según esta información, la NSA habla en un
documento reciente del «éxito» en el intercambio con España de los
servicios de inteligencia.
España ha tenido un enorme problema con el terrorismo de ETA y ha
sufrido el mayor atentado de su historia a cargo del terrorismo
islamista. La colaboración con la inteligencia norteamericana resultaba
esencial para España. Y lo sigue resultando ahora. Y, por supuesto, un
acuerdo de colaboración de esas características entre servicios de
información no se lleva a cabo sin la participación de los gobiernos y,
por lo tanto, del Ejecutivo español.
¿Es que alguien ha pensado que en la lucha contra el terrorismo de
ETA y el mucho más escurridizo terrorismo islamista, nos podíamos
arreglar sólos? ¿O que los únicos servicios de inteligencia que nosotros
aceptamos son sólo los nuestros, en una versión señorita pepis de lo
que es el espionaje?
Puede que la NSA se haya extralimitado en sus acciones, y que los
líderes europeos se han caído del guindo ahora, pero los españoles
debemos a los Estados Unidos grandes y valiosos servicios en este campo.
Y todas las alharacas de la señora Merkel y del señor Hollande resultan
cada vez más teatrales, como si sus departamentos de espionaje no
hubieran estado haciendo lo propio, es decir, espiándose entre sí y
espiando a objetivos considerados de interés por multitud de razones.
Conviene establecer a nivel internacional unas zonas de seguridad que
atañen a la vida privada de las personas. Pero la «lealtad y la
confianza mutuas» son precisamente las que hacen posible la colaboración
entre los espías de todos nuestros países.
Lo que no sé es si el "tiro de gracia" que Victoria Prego da a toda la conspiranoia mediática y política del 11-M ha sido queriendo o porque sin querer se le ha disparado el gatillo, o si es que ella misma, a propósito y a sabiendas, se ha dado un tiro en su pie de El Mundo. Eso lo vamos a ver en los próximos días, semanas o meses. Lo cierto es que lo escrito por Victoria Prego destroza todas las teorías conspirativas que El Mundo –el periódico en el que escribe y del que ella es adjunta al director Pedro J. Ramírez– ha venido manteniendo sobre el 11-M desde hace ya cerca de diez años.