Escribe Fernando Lázaro en el periódico El Mundo del día 10 de noviembre de 2012:
...Trashorras busca acogerse al nuevo plan de reinserción de terroristas. Ha pedido por escrito al juez permiso para verse con sus víctimas y pedirles perdón...
...no parece que ninguna de las víctimas, familiares de los fallecidos o heridos, del 11-M esté dispuesto a sentarse ante Suárez Trashorras para escucharle pedir perdón...
...El nuevo plan –se refiere a la llamada "vía Nanclares– dejaba abierta la puerta a que también los condenados por el 11-M pudieran tratar de acceder a las vías de reinserción...
Este asunto viene de lejos. Ya el 28 de marzo de 2011 el periodista José Yoldi escribía en El País:
RECURSO AL TRIBUNAL EUROPEO DEL CONDENADO POR EL ATENTADO DE LOS TRENES. Trashorras confiesa que proporcionó a los islamistas los explosivos del 11-M. El exminero pide perdón a las víctimas por no haber prestado su colaboración
El exminero José Emilio Suárez Trashorras, condenado a 34.715 años de prisión por su relación con los atentados del 11-M, ha reconocido ahora que él proporcionó la dinamita Goma 2 robada en Mina Conchita a Jamal Ahmidan, El Chino,
con la que se fabricaron las bombas que estallaron en los trenes de
cercanías de Madrid el 11 de marzo de 2004 y que causaron la muerte de
191 personas y graves lesiones a otras 1.856.
Es la primera vez que Trashorras confiesa oficialmente haber
proporcionado el explosivo -aunque asegura que no sabía para qué era-; y
no lo ha hecho en una declaración periodística sino en el recurso que
ha presentado su abogado, Carlos Orbañanos, ante el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos. Orbañanos recurre la condena a Trashorras al
considerar que su defendido no es un terrorista. En el recurso, el
exminero pide perdón a las víctimas no solo por lo que él considera su
involuntaria participación en los atentados, sino por no haber
colaborado con la justicia en el esclarecimiento de los hechos. Trashorras ha dado, antes de ésta, siete versiones distintas de lo que ocurrió, aunque la única oficial es la que dio en el juicio, donde negó haber proporcionado la dinamita.
"Todo o gran parte del explosivo usado el 11-M provino de Mina Conchita".
"El condenado asegura que no sabía para qué era la dinamita".
En el motivo segundo del escrito presentado en Estrasburgo, Orbañanos
escribe: "A fin de evitar debates innecesarios y superfluos al objeto
del presente recurso es deseo de mi defendido, apartándose de la
estrategia de defensa mantenida hasta el presente, reconocer, como bien
expresa la sentencia de la Audiencia Nacional (página 658) que todo o
gran parte del explosivo utilizado en el terrible atentado del 11-M y
[en el suicidio de Leganés que causó la muerte de un polícia] el 3 de
abril provino de Mina Conchita y que fue mi representado (pero no solo
él) quien lo puso a disposición de Jamal Ahmidan".
El texto añade inmediatamente: "Aunque exceda del objeto del presente
recurso el señor Suárez Trashorras con este reconocimiento desea pedir
perdón a las víctimas y lamentar no haber prestado la colaboración necesaria
a la Administración de justicia para que se hubiera conseguido un mejor
esclarecimiento de los hechos a fin de reconfortar en lo posible a las
víctimas y sus familiares y para mejor información y tranquilidad de la
sociedad española. Este reconocimiento, que afecta a la esfera moral y,
por tanto, no a la jurídica, no se integra en estrategia alguna de
defensa, aunque cada cual, sin duda, dicho sea con los debidos respetos,
lo interpretará como mejor tenga por oportuno".
Trashorras fue condenado como autor por cooperación necesaria en los
atentados del 11-M, al considerar la Audiencia Nacional -y ratificar el
Supremo- que proporcionó a la célula del islamista Jamal Ahmidan, El Chino,
los explosivos que estallaron en los trenes y los que utilizaron para
suicidarse en Leganés el 3 de abril de 2004. La condena de 34.715 años
es algo menor de los más de 42.000 que le hubieran correspondido si no
se le hubiera aplicado la atenuante de padecer esquizofrenia. También
fue condenado a 10 años por tenencia y tráfico de explosivos y contra la salud pública
por su implicación en la Operación Pipol, que en julio de 2001
desarticuló una trama que tenía en su poder 86 kilos de hachís, tres de
cocaína, 16 cartuchos de Goma 2 y 94 detonadores.
El exminero alentó en el pasado, con algunas declaraciones
periodísticas, varias teorías conspirativas sobre lo ocurrido el 11-M.
El montaje, sin embargo, fue desacreditado cuando se conoció una
grabación realizada en la cárcel de Soto del Real (Madrid) en la que se mostraba dispuesto a "contar hasta la guerra civil", mientras le siguieran pagando.
En el recurso presentado ante el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, Trashorras alega que nunca creyó que El Chino y su grupo fueran
islamistas radicales y que constituyeran un grupo terrorista, porque,
entre otras circunstancias, iban a locales de alterne, consumían alcohol
y drogas y traficaban con estas, lo que no es una conducta propia de
integristas islámicos.
Argumenta que tampoco supo para qué querían los explosivos y que se
le dijo que era para atracar joyerías, pero que nunca se imaginó que
pudieran volar los trenes de Madrid.
La sentencia, sin embargo, razonó que el exminero pudo conocer los propósitos de El Chino
cuando, según la declaración del menor apodado El Gitanillo, Trashorras
recordó a El Chino que no olvidase "coger las puntas y los tornillos,
que estaban unos 15 metros más adelante". El tribunal razonaba que no se
incluye metralla en las voladuras de joyerías y que ese hecho
demostraba que el exminero sabía que la dinamita se iba a utilizar
contra personas, la única razón de utilizar metralla con el explosivo.
El recurso diferencia entre lo que vio y lo que oyó El Gitanillo,
porque el menor nunca llegó a ver la metralla, solo los cartuchos de
explosivos.
Y, sobre el radicalismo de Ahmidan y su grupo, la sentencia señalaba
que Trashorras estaba al corriente de ese extremo después de la disputa
que el 26 de febrero de 2004 su entonces esposa, Carmen Toro, tuvo con
El Chino en la casucha de Chinchón, cuando reprobó al islamista que
justificara la realización de atentados contra occidentales.
Lectura completa en TRASHORRAS CONFIESA QUE PROPORCIONÓ A LOS ISLAMISTAS LOS EXPLOSIVOS DEL 11-M
Dice también Fernando Lázaro en su artículo de El Mundo lo siguiente: "Suárez Trashorras, hasta ahora, es el primero de estos internos que ya ha dado muestras de querer acceder a este plan al menos ante el juez de la Audiencia Nacional". No es cierto; el 19 de agosto de 2012 La Nueva España lne.es publicaba: Mohamed Bouharrat, condenado a 12 años, es el primer recluso por "terrorismo no etarra" que logra los permisos tras pedir perdón por escrito. Leer más en Un preso por el 11-M accede al segundo grado penitenciario por la "vía Nanclares" No sé si será por desconocimiento o desinformación, pero el caso es que el periódico El Mundo desatina. Además, estos dos casos de arrepentimiento desmontan ese interés de la conspiranoia mediática y política en presentar a Jamal Zougam como el único condenado, cuando todo el mundo sabe que son más los que están condenados y al parecer, ahora, dispuestos a pedir perdón. Un perdón que, desde luego, mío no lo van a tener.
Dice también Fernando Lázaro en su artículo de El Mundo lo siguiente: "Suárez Trashorras, hasta ahora, es el primero de estos internos que ya ha dado muestras de querer acceder a este plan al menos ante el juez de la Audiencia Nacional". No es cierto; el 19 de agosto de 2012 La Nueva España lne.es publicaba: Mohamed Bouharrat, condenado a 12 años, es el primer recluso por "terrorismo no etarra" que logra los permisos tras pedir perdón por escrito. Leer más en Un preso por el 11-M accede al segundo grado penitenciario por la "vía Nanclares" No sé si será por desconocimiento o desinformación, pero el caso es que el periódico El Mundo desatina. Además, estos dos casos de arrepentimiento desmontan ese interés de la conspiranoia mediática y política en presentar a Jamal Zougam como el único condenado, cuando todo el mundo sabe que son más los que están condenados y al parecer, ahora, dispuestos a pedir perdón. Un perdón que, desde luego, mío no lo van a tener.