No soy periodista ni pretendo serlo y, teniendo en cuenta que hay muchos que sabrán de periodismo bastante más que yo, a lo mejor me equivoco en lo que expongo a continuación, pero lo digo como lo siento:
Titular del artículo de Luis R. Aizpeolea en EL PAÍS del 7 de julio de 2017: "Aquel día en el que ETA perdió la calle"
Subtitular del mismo artículo: "La rebelión cívica que generó el asesinato de Miguel Ángel Blanco es uno de los hitos del final del terrorismo"
En mi opinión, el Subtitular no se corresponde con el Titular. La frase "La rebelión cívica que generó el asesinato de Miguel Ángel Blanco es uno de los hitos del final del terrorismo" no está completa. La frase debería ser: "La rebelión cívica que generó el asesinato de Miguel Ángel Blanco es uno de los hitos del final del terrorismo de ETA", porque hay otro terrorismo del que aún no hay final: el terrorismo yihadista.
Ya nos gustaría a algunos, al menos a mí, oír decir que el once de marzo de dos mil cuatro (11-M) es uno de los hitos del final del terrorismo... yihadista.
Tal vez haya algunos que digan que el artículo está escrito en un contexto, el contexto de ETA y el asesinato de Miguel Ángel Blanco. En cualquier caso, conviene matizar y precisar para no generar engaños y equívocos de los que han pretendido y siguen pretendiendo vincular a ETA con el 11-M o sencillamente ningunear y acallar el 11-M (192 víctimas mortales y cerca de 2.000 víctimas heridas), no vaya a ser que alguien se moleste.