Con
todo el dolor de nuestro corazón, pero manteniendo la cabeza fría en la
situación que estamos viviendo, siguiendo las recomendaciones del
Ministerio de Sanidad, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de
Madrid, y en coherencia con el conjunto de la sociedad y con nosotros
mismos, suspendemos los actos que teníamos previstos realizar en Atocha,
calle Téllez, Santa Eugenia y El Pozo.
A continuación, el discurso completo
Buenos días:
Vaya por delante mi recuerdo a todas las víctimas del terrorismo en este "Día Europeo en Memoria de las Víctimas del Terrorismo", fecha elegida por el Consejo Europeo a raíz de los atentados del 11 de marzo de 2004, el mayor atentado en España y en suelo europeo. Ese día, diez bombas fueron explosionadas por terroristas yihadistas en cuatro trenes de cercanías de Madrid, en las estaciones de Santa Eugenia, El Pozo y Atocha, y junto a la calle Téllez.
Por no hablar sólo de Europa y por resumir, los datos a nivel mundial nos dicen que en lo que va del 11 de marzo de 2019 a este 11 de marzo de 2020 se siguen produciendo atentados del terrorismo yihadista y que ha incrementado su actividad el terrorismo de extrema derecha.
Volviendo de nuevo al porqué estoy, estamos, hoy aquí, o sea los atentados del 11 de marzo de 2004, una vez más insistimos en que VERDAD, JUSTICIA, REPARACIÓN, MEMORIA Y PAZ son los enunciados que vertebran el nacimiento, la actividad y la historia de nuestra Asociación. El cuidado de las víctimas en sus realidades médicas, psicológicas, sociales y jurídicas es uno de los ejes de nuestra tarea diaria. Lo es también la concienciación y la construcción de la narrativa respecto de los diferentes atentados terroristas sufridos por las víctimas que componemos la Asociación.
Un año más hemos ido modelando nuestro trabajo según la realidad, los recursos y las posibilidades, tratando de ofrecer a las víctimas la mayor cobertura posible ante sus necesidades. Las demandas atendidas durante el año 2019 han aumentado debido a:
Buenos días:
Vaya por delante mi recuerdo a todas las víctimas del terrorismo en este "Día Europeo en Memoria de las Víctimas del Terrorismo", fecha elegida por el Consejo Europeo a raíz de los atentados del 11 de marzo de 2004, el mayor atentado en España y en suelo europeo. Ese día, diez bombas fueron explosionadas por terroristas yihadistas en cuatro trenes de cercanías de Madrid, en las estaciones de Santa Eugenia, El Pozo y Atocha, y junto a la calle Téllez.
Por no hablar sólo de Europa y por resumir, los datos a nivel mundial nos dicen que en lo que va del 11 de marzo de 2019 a este 11 de marzo de 2020 se siguen produciendo atentados del terrorismo yihadista y que ha incrementado su actividad el terrorismo de extrema derecha.
Volviendo de nuevo al porqué estoy, estamos, hoy aquí, o sea los atentados del 11 de marzo de 2004, una vez más insistimos en que VERDAD, JUSTICIA, REPARACIÓN, MEMORIA Y PAZ son los enunciados que vertebran el nacimiento, la actividad y la historia de nuestra Asociación. El cuidado de las víctimas en sus realidades médicas, psicológicas, sociales y jurídicas es uno de los ejes de nuestra tarea diaria. Lo es también la concienciación y la construcción de la narrativa respecto de los diferentes atentados terroristas sufridos por las víctimas que componemos la Asociación.
Un año más hemos ido modelando nuestro trabajo según la realidad, los recursos y las posibilidades, tratando de ofrecer a las víctimas la mayor cobertura posible ante sus necesidades. Las demandas atendidas durante el año 2019 han aumentado debido a:
- La notificacón de la aprobación de los proyectos que presentamos.
- La personación de afectados de los atentados de Cataluña para que sea reconocida su condición de víctima. En cuanto al juicio de estos atentados de Cataluña pendiente de celebrar, hemos planteado recursos para sostener la acusación de que al menos dos de los procesados, Driss Oukabir y Houli Chemlal, respondan de los asesinatos terroristas consumados y los que se produjeron en grado de tentativa, así como de las lesiones causadas a las víctimas y de los daños materiales ocasionados.
- La solicitud de las indemnizaciones al amparo de la Ley para la Protección, Reconocimiento y Memoria de las Víctimas del Terrorismo de la Comunidad de Madrid. A fecha de hoy, la Comunidad de Madrid tiene pendiente de abonar cerca de 900 indemnizaciones. También hemos puesto recurso ante las solicitudes que nos han sido denegadas por los requisitos de la Ley respecto al empadronamiento, pues los consideramos injustos, discriminatorios e infundados, y lesiona derechos fundamentales.
En cuanto a la Memoria del 11-M, vamos a trabajar
para que no se produzcan actuaciones como la llevada a cabo por el Ayuntamiento
de San Agustín de Guadalix con el traslado y modificación del monumento
“HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL 11 DE MARZO”, que consideramos que es una
usurpación de un monumento del 11-M que desvirtúa la Memoria del 11-M. En esta línea,
trabajaremos porque se lleve a cabo la realización de la sede del Centro
Memorial en Madrid dedicado a las Víctimas del Terrorismo Yihadista, conforme
al compromiso acordado en el 2014 por el Gobierno de España presidido por
Mariano Rajoy, corroborado este pasado mes de febrero por el Gobierno de España
presidido por Pedro Sánchez. En esta misma línea, nos oponemos frontalmente al
intento de VOX de cargarse este monumento de Atocha, dado el significado que
tiene de recuerdo a las víctimas, al ser la estación de Atocha uno de los
cuatro lugares donde los trenes fueron atacados. De hecho, se están realizando
las obras que acordamos en su día y este lunes pasado, el Ayuntamiento de
Madrid nos convocó a presenciar las pruebas de iluminación del exterior del
monumento. Con la misma fuerza que nos oponemos al intento de eliminar este
monumento, denunciamos los ataques y destrozos realizados en el monumento de El
Pozo, y en breve solicitaremos una reunión con el Ayuntamiento de Madrid y ADIF
para que se concrete el mantenimiento de este monumento. Tenemos que agradecer
la rápida actuación de la Junta Municipal del Distrito de Puente de Vallecas,
que desde el primer momento informó de estos actos vandálicos y se prestó
rápidamente a la reparación. También con la Junta Municipal del Distrito
Retiro, venimos trabajando desde hace tres años para que en la calle Téllez se
haga un monumento o espacio dedicado a las víctimas del 11-M.
Es también en este ámbito de la Memoria del 11-M
que quiero referirme a dos cuestiones relevantes surgidas posteriormente a la
conmemoración del 11-M del año pasado.
Como creo que saben, Pedro J. Ramírez, uno de los
adalides de las teorías de la conspiración sobre el 11-M, salió de la dirección
del periódico El Mundo en el 2014, cuando sus teorías conspirativas ya
no daban más de sí. Le sustituyó en la dirección del periódico su mano derecha,
Casimiro García-Abadillo, que también compartió con Pedro J. Ramírez dichas
teorías conspirativas. Sólo estuvo catorce meses y le sustituyó David Jiménez,
quien sólo estuvo un año, de mayo de 2015 a mayo de 2016. Pues bien, en abril
del pasado año 2019, David Jiménez, publicó su libro “El Director”, que
en las páginas 63 y 64, dice lo siguiente:
…Cuando años después el terrorismo islámico
provocó una masacre en Madrid, el 11 de marzo de 2004, el equilibrio de
nuestras virtudes y defectos se decantó del lado de los segundos y nos llevó a
cometer el error que marcaría a El Mundo para siempre. El Gobierno del Partido
Popular, al que nos habíamos acercado en exceso –eran los días en que Jota
jugaba al pádel con el presidente y acudía de invitado a la boda de su hija–,
intentó culpar del atentado a la banda terrorista ETA. La decisión de
participar en la guerra de Irak unos meses antes había sido muy impopular y
Aznar temió que una autoría islámica les haría perder las elecciones, que se
celebraban tres días después. Jota creyó la versión del Gobierno y, cuando la
realidad nos mostró que no era así, en lugar de rectificar nos embarcamos en
una huida hacia adelante que nos llevó a publicar durante años supuestas
investigaciones para reafirmar nuestra teoría de una gran conspiración. Era
difícil encontrar a alguien en la redacción que pensara que lo que estábamos
haciendo tenía algún sentido, pero más difícil era encontrar a alguien que
tuviera las agallas de decírselo al director. Todos, unos desde las cercanías
de El Despacho y otros, como yo, desde la comodidad de una corresponsalía,
callamos mientras el diario convertía coincidencias en evidencias, se
alimentaba de informaciones poco fiables de la facción policial que degeneraría
en Las Cloacas, exageraba cualquier elemento que ayudara a defender su versión
–y ocultaba datos que pudieran contradecirla–, se camelaba a testigos para que
defendieran nuestras informaciones y buscaba la destrucción de la reputación de
cualquiera, juez, policía o periodista, que no siguiera nuestra estela. Quienes
disintieron, como Sindo Lafuente y Borja Echevarría, negándose a trasladar
aquellas informaciones a la web del diario que dirigían, fueron purgados. Los
que se sumaron con más entusiasmo a las fantasías del director fueron
promocionados. Las desventajas de una dirección personalista y sin una
estructura de gestión, dependiente de los golpes de brillantez de una sola
persona, habían quedado en evidencia. Jota jamás lograría demostrar sus
teorías, decepcionando por igual a quienes las creyeron y a quienes nunca lo
hicieron. El Callado, nuestro jefe de Nacional, definiría en una reunión en la
Pecera: “Quedamos atrapados en una mentira y no importa que en su origen nos la
creyéramos. Una vez dentro, no supimos o no quisimos salir de ella”.
Una
década después esa mentira seguía persiguiéndonos y cada vez que iba a un foro
a hablar de la renovación del periodismo alguien me recordaba que éramos los
voceros de la conspiración nunca probada del 11M. Pensé pedir disculpas
públicas por aquello, en un intento de dejar atrás nuestro legado más oscuro,
pero no quería juzgar públicamente el trabajo de mis antecesores. Estaba
diciendo, eso sí, a que nunca volviéramos a hacer nada parecido. …
La otra cuestión es más reciente, de hace un poco
más de un mes. El que fuera Ministro de Asuntos Exteriores entre 2011 y 2016
siendo presidente del Gobierno Mariano Rajoy, José Manuel García Margallo, ha
publicado su libro “Memorias heterodoxas de un político de extremo centro”.
Con este motivo, el periódico El País publicó un artículo sobre este
libro de memorias y nos cuenta una cuestión sobre el 11-M que ya sabíamos, pero
no por el hecho de saberlo deja de ser interesante que lo diga un político del
Partido Popular. Dice así: El 11-M entraron Pedro Arriola y Paco Villar y
les pregunté: “¿Sabemos quién ha sido?” “Todavía no –me respondieron–.
Si ha sido ETA nos salimos del mapa, pero si han sido los yihadistas nos vamos
a casa”. Desde luego, no pudo estar más certero en el diagnóstico.
JUNTA DIRECTIVA ASOCIACIÓN 11-M AFECTADOS DEL TERRORISMO