Valió la pena es el título del libro escrito por Jorge Dezcallar, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los servicios secretos españoles, entre 2001 y 2004. Y por lo tanto, según detalla la contraportada del libro, fue además testigo de primera fila de los atentados del 11 de marzo de 2004. Y no tiene empacho en reconocerse "marginado, engañado y manipulado" durante aquellos días, con la aparente intención –desde luego nunca confesada– de que el CNI siguiera defendiendo la posible autoría de ETA ante la opinión pública en vísperas electorales. Una estrategia no de Estado, sino de partido que Dezcallar critica aquí desde su insobornable independencia.
Es en el Capítulo 9, titulado MADRUGADA SANGRIENTA, entre las páginas 261 y 311 del libro, donde testifica sus "recuerdos selectivos" del 11-M. No me parece que diga muchas más cosas nuevas de las ya sabidas, pero sí voy a reseñar a continuación los párrafos más relevantes según mi opinión:
COMO EL TITANIC... Vaya por delante mi convicción de que no fueron los atentados de Atocha los que dieron la victoria electoral al PSOE, sino la pobre gestión partidista que de ellos hizo el Gobierno del Partido Popular...
EL MAYOR ATENTADO TERRORISTA... Los atentados los inspiró y aprovechó Al Qaeda para sus propios fines, pero los organizaron y cometieron un grupo de magrebíes, sobre todo marroquíes, aunque también argelinos y tunecinos establecidos en España desde hacía años, con el apoyo de delincuentes españoles relacionados con el mundo de la droga que les proporcionaron los explosivos, procedentes de una mina asturiana mal vigilada...
HUELE A ISLAMISTA QUE APESTA... De hecho, como reconoció el propio comisario general de Información, Jesús de la Morena, "el momento clave" en que la misma Policía determinó sin ningún género de dudas que "la pista era islamista" fue cuando, el sábado 13 de marzo por la tarde, detuvo a unos indios que regentaban un bazar de Alcorcón y estos confesaron que habían vendido a Jamal Zougam el lote de tarjetas en el que estaba incluida la del teléfono móvil de la bomba que no estalló y que permitió avanzar a la investigación de forma eficaz y brillante ("11-M. El relato", por Pablo Ordaz y Antonio Jiménez Barca, suplemento dominical de El País, 8 de julio de 2007)...
ADVERTIMOS SOBRE EL AUMENTO DEL RIESGO... La verdad es que éramos muy conscientes del aumento del riesgo tras nuestra participación en la guerra de Iraq... ...y, sobre todo con la explícita amenaza de Osama bin Laden el 18 de octubre de 2003, en la que afirmaba reservarse "el derecho de responder en el momento y lugar oportunos, contra todos los países que participan en esta guerra injusta [se refiere a Iraq], en particular Gran Bretaña, España, Australia, Polonia, Japón e Italia". Nos tocó a nosotros primero, y a los británicos después...
ME OCULTAN INFORMACIÓN E INTENTAN MANIPULARME... Acebes compareció apenas cinco minutos más tarde, a las ocho de la noche, para contar que se había detenido a los indios que habían vendido las tarjetas telefónicas de prepago utilizadas por los terroristas. También se había detenido a tres marroquíes y a dos españoles. Éste es el momento en que quedó claro, sin ningún género de dudas, que la pista islamista era la buena, como reconoció el comisario Jesús de la Morena. Ya no cabían más dudas. Me dolió mucho enterarme de que Acebes y Astarloa ya lo sabían cuando me recibieron en el despacho del primero aquel mismo día –pues las detenciones se produjeron a las cuatro de la tarde– y no me habían comunicado nada, cuando yo no era un sospechoso (que yo sepa), sino el jefe del servicio secreto...
LOS PREPARATIVOS COMENZARON ANTES DE LA GUERRA DE IRAQ... El propio Aznar hizo unas declaraciones a The Times el 14 de abril, un mes después del atentado y pocos días antes de cesar como presidente donde dijo que "según informaciones de los servicios de inteligencia españoles, la matanza de Madrid fue planeada en otoño de 2002, por lo que la guerra de Iraq fue el pretexto y no la causa para los autores de la masacre". Sí y no. Empezaron a planificar antes, pero la guerra estimuló su compromiso. No había instrucciones de Al Qaeda para atentar contra los trenes, sino orientaciones generales que ellos interpretaron a su manera; comenzaron los preparativos y decidieron pasar de forma definitiva a la acción cuando el mismo Osama bin Laden amenazó explícitamente a España el 18 de octubre de 2003. Es probable que fuera en ese momento cuando se determinó la fecha del 11-M, exactamente 911 días después de los atentados de las Torres Gemelas y el Pentágono, el 11-9, que en inglés se escribe 9-11...
TORPE MANEJO DE LA CRISIS... Porque mi impresión es que nadie defendió la gestión que el Gobierno hizo del atentado y casi nadie creyó su versión de los hechos... ...Luego los jueces, que son quienes deben hacerlo en un Estado de derecho, han atribuido responsabilidades y condenas y han puesto de relieve la inanidad de las llamadas "teorías de la conspiración", que se apoyaron en la voluntad interesada de algunos políticos y en la imaginación desbordante, rocambolesca y no menos interesada de ciertos periodistas y tertulianos conspiranoicos, los cuales contribuyeron mucho a la desinformación y a la crispación nacional... ...Al menos yo debo decir que nunca creí en esas teorías; así lo he sostenido en público en repetidas ocasiones y lo sigo manteniendo años más tarde, lo que me ha valido la irritación y algún que otro rapapolvo de los ayatolás del Apocalipsis...
____________________
____________________
Valió la pena escribe Dezcallar, pero más hubiera valido la pena si hubiese tenido el coraje y la determinación de haber dicho en su momento lo que escribe ahora, al cabo de 11 años, porque aunque no hubiese remediado su "frustración por no haber podido evitar los terribles atentados de Atocha" (pág. 311 del libro), tal vez sí hubiese evitado que los Aznar, Acebes, Zaplana, Pedro J. Ramírez, Casimiro García-Abadillo, Federico Jiménez Losantos y una larga lista de políticos y periodistas conspiranoicos tramasen las teorías que tanta infamia y embuste han vertido, que tanto han roto y ensuciado, que tanto sufrimiento y pena, sí, pena, han causado.