¿Qué van a hacer ahora Torres Dulce y Gallardón, Rosa Díez y Rajoy?,
se preguntaba Federico Jiménez Losantos
en su columna de El Mundo del
29.02.2012 titulada El hallazgo, a
cuenta del ¿hallazgo? de unos restos de chatarra de un vagón de un tren del
11-M.
Rápidamente, la pregunta de Losantos
encontró eco en el recién nombrado Fiscal General del Estado, Eduardo
Torres-Dulce. Tan rápidamente, que fue a parar al foso de la conspiranoia, una
oquedad oscura, llena de escoria y herrumbre.
No voy a decir que cayó en una trampa
porque creo que sabía el terreno que pisaba. Grande es la capacidad que tienen
algunos para entrampar, pero es también muy grande la capacidad y la facilidad
que tienen algunos para dejarse entrampar a sabiendas.
A primeros de
marzo de 2012, el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, reaviva los
rescoldos conspiranoicos de Libertad
Digital amplificados por El Mundo y ordena a la Fiscalía de Madrid investigar en la chatarra de los vagones por si hubiera ocultación de
pruebas.
Los conspiranoicos se sienten
respaldados por la decisión de Torres-Dulce. Federico Jiménez Losantos dice “Por eso el hallazgo del vagón de Santa Eugenia, que ayer resumía en EL
MUNDO Luis del Pino, es tan valioso”. Esperanza
Aguirre salta a la palestra para defender
que la prensa investigue el 11-M. Ángeles
Pedraza, presidenta de la AVT
dice que “hay que seguir investigando el
11-M”.
De nuevo en la superficie, Torres-Dulce,
debió echarse por encima –o le echaron– un gran jarro de agua fría para
deshacerse de toda la cochambre cogida en el oxidado foso de los conspiranoicos
y, para desgracia y abatimiento de estos, provoca que El Mundo de fecha 13.03.2012 escriba: Torres-Dulce dice ahora que “ni la Fiscalía ni nadie va a reabrir el
11-M”… …Torres-Dulce dijo ante la sede del CGPJ que los hechos probados por la
sentencia del 11-M son “incontestables”.
Mal, muy mal, extremadamente mal debió ver el asunto el director de El Mundo, Pedro
J. Ramírez, cuando en su artículo de Opinión Demasiado
para la pastelería de fecha 06.05.2012 dice: …“Aunque hasta el apellido del fiscal general parezca predestinarle a
amasar el bizcocho con la nata –y ya está dando síntomas de ello en su
inconsistente actitud sobre el 11-M–“… Vamos, que a Pedro J. Ramírez parece
que deja de gustarle “el pastel” que Torres-Dulce había elaborado sobre el 11-M
con los ingredientes que le habían “proporcionado” los conspiranoicos; que ya
ve “inconsistente” el pastel elaborado por Torres-Dulce en el obrador de la
conspiranoia; que vislumbra que se ha terminado “el pasteleo” entre
Torres-Dulce y los conspiranoicos.
A primeros de Mayo, un informe de la Guardia Civil desmonta el bulo de la chatarra del 11-M fabricado
por los conspiranoicos y que plácida y glotonamente se tragó Torres-Dulce,
aunque debió sentarle tan mal que a los pocos días lo devolvió.
El “día 17 (de mayo), la
Fiscalía de Madrid remite su informe al Fiscal General, confirmando que
procede archivar dichas diligencias, basándose en el informe «muy profesional»,
según la Fiscalía, de la Guardia Civil, y en el folio 11.317 del tomo número 33
del sumario del 11M, donde el director de Seguridad de Renfe detallaba todas
las operaciones realizadas en los trenes, su destino y reciclado, desde que el
12 de marzo de 2004, a las 7 de la mañana, el entonces ministro de Fomento,
Francisco Álvarez Cascos, ordenara desguazar y retirar los trenes”. Leer más en El negocio del 11-M agoniza
Finalmente, el 6 de junio de 2012 se
produce la siguiente noticia:
Tres
meses después de que el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce
ordenara investigar los restos de uno de los trenes que explotaron el 11-M
custodiados en la empresa que se encargó de su reparación, la Fiscalía de
Madrid ha archivado el nuevo bulo aireado por los medios partidarios de las
teorías conspirativas. El Ministerio Público ha llegado a la conclusión de que,
ni los propietarios de esos restos (Renfe), almacenados en un taller de
Villaverde (Madrid), ni los propietarios de la compañía que se encargó de
arreglar los convoyes, cometieron ningún delito. Tampoco aprecia "ninguna
actuación de ocultación o manipulación de los referidos restos" para hacer
desaparecer pruebas.
Torres-Dulce
ordenó abrir la investigación el pasado 2 de marzo tras la aparición de una
noticia en el diario Libertad Digital que insinuaba que la policía o el juez
instructor del caso, Juan del Olmo, habían ordenado ocultar allí esos restos
sobre los que, según la noticia, no se hizo "ningún estudio" o
"en caso de que se hiciera se ha mantenido oculto". El fiscal
general, sin recibir ningún informe policial al respecto, ordenó a la Fiscalía
de Madrid -que solo dos meses antes había rechazado indagar los trenes-
investigar por qué esos amasijos metálicos se conservaban allí para comprobar
si se habían ocultado pruebas porque apreciaba una "notitia
criminis". Hasta se atrevió a aventurar el presunto delito cometido:
obstrucción a la justicia.
Pero
un simple vistazo al caso bastaba para desbaratar el bulo conspiranóico al que el
fiscal general había dado oxígeno ante el asombro de los investigadores. En el
rollo de sala del 11-M se recoge un informe del director corporativo de
Protección Civil, Seguridad y Prevención de Riesgos de Renfe, Manuel Rodríguez
Simons, enviado el 30 de julio de 2007 al tribunal encargado de juzgar el caso
del proceso de desguace y destrucción de los trenes y vagones que resultaron
afectados por las explosiones y en el que se detallaba el destino de cada una
de las unidades y sus vagones, los que habían sido reparados y los desguazados.
Y entre ellos, estaban los que la información que dio lugar a la investigación
señalaba.
Es
esa la conclusión a la que llega ahora la fiscalía de Madrid, que entiende
"que no existe indicio alguno de delito en la actuación de los
propietarios de los restos (Renfe) ni de ninguno de los responsables de las
empresas que participaron en su reparación". Al mismo tiempo advierte que
no se aprecia "ocultación o manipulación de los referidos restos que
pudiera hacer pensar en una desaparición de pruebas". Al contrario,
"se ha constatado la adopción de medidas para la conservación de dichos
restos ante la eventualidad de posibles análisis posteriores". Además,
"todo ello se llevó a cabo con pleno conocimiento de los órganos judiciales
de la instrucción de la causa y del enjuiciamiento, que fueron informados en su
momento". Es decir, que de ocultación de pruebas, nada. Bulo cerrado. Leer
artículo en La fiscalía entierra el bulo del tren del 11-M que Torres-Dulce abrió
Ni que decir tiene que en "El Mundo" de este día 7 ni Gran Portada ni Gran Artículo de Opinión. Otra bofetada más para "El Mundo". Otro varapalo a Pedro J. Ramírez, a Federico Jiménez Losantos, a Luis del Pino y a los dirigentes del PP, promotores de la trama conspiranoica político-mediática urdida sobre el 11-M.
Artículos relacionados:
A vueltas con los trenes del 11-M, El País, Pablo Lledó Callejón, licenciado en Derecho y máster
en Ciencias Sociales del Instituto Juan March. En la actualidad realiza
una tesis doctoral sobre el 11-M.